Nos gusta poner etiquetas en la música, más bien nos encanta. Tal vez porque así podemos explicar (en muchas ocasiones) lo que oímos y clasificarlo en nuestro cerebro. O tal vez porque así nos vemos inteligentes en la conversación. Somos ingenuos, porque la mejor música es la que no se presta a etiquetas. Esa música que parece sonar a algo y luego no lo es. Que crece con cada escuchada.
Marquee Moon, la opera prima de Television es un disco que cuesta etiquetar. Su sonido parece tribal por ratos, de garaje en ciertos rincones y punketo cuando le permitimos serlo. Pero su “sex appeal” está en ese matiz que tiene de hacernos sentir que cada uno de sus detalles suena diferente, raro. Y lo raro en la música siempre es bueno. Desde los acordes con epilepsia de la primera canción: “See No Evil”, pasando por las marchas frenéticas de “Friction” y “Prove It”, hasta llegar al climax en “Marquee Moon” y sus casi 11 minutos de jamming nervioso. Se siente la química entre los músicos quienes rodean los acordes nada convencionales del guitarrista voz Tom Verlaine.
Verlaine tampoco es un cantante común. Su tono medio desafinado, medio tétrico, deja cautivado al oyente funcionando como motor bien engrasado para el estilo seco de la instrumentación en las canciones que hacen de Marquee Moon un disco génesis del indie. Aunque dijimos que las etiquetas no valen y menos en 1977 cuando se edito esta perla. Entre tanta música que escuchamos en nuestras vidas, siempre vale la pena adentrarse en aquello que se separa de lo que nuestro oído acostumbra juzgar de primeras a primeras. Mejor aún, cuando es algo que nunca deja de sonar fresco. (Francisco Valdes)
el disco se consigue facil en internet pero quien lo quiera me puede escribir a fvaldes7@hotmail.com y con gusto les mando el link.
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