21.8.12
Enablers: el espíritu de contradicción
Hay bandas que tienden a hacernos utilizar el adjetivo "especial" cuando nos referimos a ellas. Esta banda ni la menciono como "especial" entre mis amigos...porque no la menciono, la "guardo", como un especie de secreto mantenido celosamente. En realidad, la banda se preserva ella misma ya que fundamentalmente son una banda de músicos serios y maduros, que no encajan en un estilo predeterminado ni escena musical.
Estamos hablando entonces de viejos maduros del mundo alternativo que hicieron sus pruebas en bandas como Swans, Touched by a Janitor, Tarnation, Codeine, más un poeta poseído por el universo beat, el "cantante" Pete Simonelli. En muchos sentidos, se aparentan a otro gigante discreto y sinistro del mundo underground, que más de una vez hemos mencionado en estas páginas: Oxbow. En otros aspectos, se parecen a Slint (sobre todo por el toque spoken word). Si The Doors no hubieran vertido tan regularmente en la psicodelia y la virtuosidad instrumental, podríamos incluirlos a ellos también por comparación. Pero el hecho es que tanto Enablers como Oxbow son bandas que parecen retomar el camino que inició Jim Morrison y compañía y llevarlo por la tangente del noise, de la música menos convencional, con un imaginario que le debe más al mundo literario "sucio" de Sallinger, Bukowski, en estilo y actitud.
La diferencia, se encuentra en la energía negativa que estas dos bandas reclaman orgullosamente y con tan buen estilo. Actitud y estilo. La música es lo que esta al corazón de todo, en realidad, la unión entre Simonelli y los Enablers es un caso de convergencia artística, no es uno que jala al otro. El arte de componer canciones en este caso encaja perfectamente bien con la poesía que se dispensa. Igual que en el caso de Oxbow.
Musicalmente, Enablers no es tan abrasivo como Oxbow (porque nada es tan abrasivo como Oxbow), es en efecto, una mezcla de Slint y de partes dinámicas inspiradas, con vórtices de guitarra atonal, baterías en contratiempo, explosiones de ira y una buena dosis de rock. Los albumes estan bien construidos, son sólidos de principio a fin, y son una escucha recompensante. Tundra (2008) y Blown Realms and Stalled Explosions (2011), son solamente dos ejemplos de una carrera que comienza en el 2004 con End Note, y que ha producido una obra global coherente, potente y demasiado poco conocida.
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calidad VBR / 320
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