Treinta años después de su muerte John Lennon permanece en la estratosfera de la consciencia moderna como una figura enigmática, controversial, inspiradora y inevitablemente fascinante. Siempre me atrajo el Lennon Post Beatles un poco más que el John de los Beatles (aunque soy un verdadero beatlemaniac), por el simple echo que su carrera solista fue una antitesis a las expectativas que el mundo pop tenía de él luego de la separación del “Fab Four” en 1970.
Lennon fue un “hippie idealista” para algunos, pero al menos fue sincero. Sincero ante la prensa, ante sus seguidores y mejor aun, consigo mismo. Siguió su corazón sin miedo a darle la espalda a lo que los demás querían de él, y eso pesa mucho dentro de la “demencia colectiva” en que nuestro mundo trata de colocar a sus estrellas. Siempre que quiero escuchar el lado honesto de este gigante musical solo tengo que darle play al Plastic Ono Band y su sinceridad (viniendo de él) siempre me resulta refrescante. Hasta su rola mas famosa, la eterna “Imagine” es oscura y retadora en su mensaje.
No creo que haya sido fácil para la máxima estrella del rock el darle la espalda a toda su carrera durante cinco años (de 1975 a 1980) para criar a su hijo Sean como padre de tiempo completo sin grabar música, hacer giras o dar entrevistas. Su retorno que fuera truncado por su asesinato vendría con el Double Fantasy. Irónico pues, que su ultimo hit fuera una canción que trae de regreso al Lennon adolescente fascinado con el rockabilly y Elvis Presley: La genial “Just Like Starting Over”.
Lennon fue unico, pero ante todo fue un artista que seguira resonando en los oidos de las personas que mas que nada prefieren oir la verdad. (Francisco Valdes)
"I was the Walrus, but now I'm only John, and so dear friends you'll just have to carry on"
Bien escrito, se me ocurre que si tengo que ponerle más atención a la carrera de Lennon, que fué un artista extraordinario.
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