Siempre me ha gustado la música así. Es decir, un conjunto de bandas y artistas que logran la ilusión de romper como si nada fuera con las normas dentro de un mundo, en apariencia, sin normas, pero que si se mantiene por la (re)producción de un mismo universo, musical, social, estético.
Hay que admitir que en esta nueva década, las cosas estan cambiando. Que las bandas estén buscando nuevas formas de romper con la estructura clásica de una canción pop, no cabe la menor duda. Pero tal vez no se trata más (por el momento), de hacer "mathcore", "mathrock", "postrock". Tal vez, se trata ahora, en los mejores de los casos, de retomar el entusiasmo ingenuo del rock original, y hacer con esto, algo nuevo.
El disco Natural History de Dope Body encaja aquí, como el sonido de un grupo que sabe inspirarse de los sonidos de antes, para hacer algo propio. Si me preguntan ahorita a qué suena Dope Body, les diría que es una mezcla entre noise rock, The Clash y Faith No More. The Clash, por la voz y los leves toques de rock-reggae. Faith No More, por el hecho que estos fueron una de las bandas más originales de los noventas, y mantuvieron un estilo que nunca fue fácil de catalogar. No olvidemos el toque "noise-rock", "indie punk" que tienen, que me recuerda tanto a Shellac como a contemporáneos como Young Widows, Baseball Furies o a los nerviosos Savy Fav. Por el estilo del guitarrista Zachary Utz, te diría que no suenan a nada parecido. Es sonido "alien".
Pero más que esto, Dope Body es sin duda una de las bandas más refrescantes que he oido ultimamente, porque su música es de una dinámica propia. No tiene nada que ver ni con la moda del garage rock actual, ni con el revival psicodélico, ni menos con el revival new wave. En ese sentido se parecen más a una banda como The Men, que surgió recientemente del underground noisy, y se convertido en una banda de rock más convencional. Pero estos lo hacen con una gama de sonidos mucho más amplia y más abierta "a lo que sea".
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