29.10.13

Hasta Pronto Lou


Uno de los primeros artículos que escribí en este blog fue sobre Lou Reed. Quería retratar algún artista que me pareciera verdaderamente autentico y del cual pudiera escribir con pasión. Lo escogí a él por lo mucho que significaba para mí.  No voy a retratar su vida o carrera, eso se está haciendo mucho en estos días a la luz de su fallecimiento. Además de que ya lo hice en el artículo previamente mencionado.  En cambio prefiero hablar de porque llegue a él y porque importó tanto a muchos artistas como críticos y seguidores. 

Importó tanto porque fue único, retador en su propuesta musical, visionario en nadar contra la corriente desde que lidero a los indudablemente influyentes Velvet Underground. Su estilo de cantar intimo a veces poco accesible pero siempre sincero. Sincero con el ambiente que vivió pero ante todo consigo mismo. Me fascina oírlo en The Blue Mask el disco de los ochentas donde ya casado y libre de drogas canta sobre su vida en ese momento. Es irónico, a veces paranoico (“Waves of Frear, puta que rola!) y a veces melancólico recordando a sus mentores (“My House”). No quiere pretender ser el rebelde que fue (problema de muchos rockeros cuando envejecen), prefiere seguir con el principio de narrar lo que le ocurre,  el principio de no mentirse a sí mismo. Es un disco cargado de guitarras salvajes con temática madura. Eso me lleva a darle crédito también como guitarrista. Lou es uno de los mejores creadores y destructores (eso no siempre es malo) de esquemas en la guitarra eléctrica. Adicto al feedback y sus delicias que a muchos les parecen ruido.

Importó porque demostró que la “rebeldía” del rock que conocemos tiene sus límites dentro del macho alfa “headbanger” que solo quiere chela y sexo, demostró que hasta el rock tiene fobias (de las de tipo homo), temores y demasiada pose falsa. Lou quiso cantar sobre las putas, los transvestis, los drogos, la gente de la calle. La que no entra a los conciertos, la que sigue siendo marginada inclusive por los defensores del rock. Y lo hizo en los setentas vistiéndose de cuero negro con maquillaje de mujer como para restregárnoslo en la cara.  

Pero no todo fue rebeldía y violencia. Hubo amor, hubo amigos, hubo fiesta también en la vida y canciones de Lou Reed. Su tributo a Andy Warhol  junto a John Cale Songs For Drella es majestuoso. New York de 1989 su pintura musical a la ciudad que siempre llevo en su corazón es simpático lleno de humor negro, la definitiva guía turística de NYC. Coney Island Baby con sus canciones de amor y soledad, resultan dulces e inesperadas viniendo de él.  Bueno, ya estoy cayendo en hacer retrospectiva otra vez. 


Lou Reed me importó a mi muchísimo. Muchas de sus canciones me han seguido desde que lo descubrí vía un documental en la tele hace una docena de años. Me puso triste la noticia de su muerte porque sentía que a través de sus rolas lo conocía, suena tonto pero su música provocaba eso: intimidad.  Uno busca artistas con sustancia donde pareciera sobran pero la realidad es que son pocos. Reed fue de esos pocos. Retó a su audiencia a seguirle por caminos que a veces solo él entendió. Pero la recompensa fue mayor, dejo un catalogo de música imperdible para cualquiera sediento de Rock n Roll. Verdadero  Rock n Roll. (Francisco Valdés)

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