50. The Band – “Music From Big Pink” (1968)
Música
que regresa a la tierra, al seno materno. Country, folk, blues como motor para
crear melodías que se sienten atemporales. Garth Hudson, Levon Helm, Robbie
Robertson, Rick Danko y Richard Manuel construyeron esta belleza de álbum que
nace de las sesiones en la granja de Woodstock rentada por Bob Dylan para
dedicar cuerpo y alma a componer música. El resultado fue el inicio de una
carrera artística para The Band que no tiene igual.
49.
Ministry – “The Land of Rape & Honey” (1988)
De
la mente “demente” de Al Jourgensen surge este monumento de rock industrial,
festín de sonidos agresivos, sensaciones frenéticas, danzas tribales,
metálicas. La banda sonora del fin del mundo musicalizado por John Carpenter.
Solo que con guitarras destructoras. Destaca por su rareza en los ochentas,
pero esa ha sido la tendencia de Ministry a través del tiempo: ser el “raro” de
la fiesta.
48.
De La Soul – “3 Feet High & Rising” (1989)
Junto
otros grupos como A Tribe Called Quest y Jungle Brothers; los De La Soul
comandaron un nuevo movimiento de rap que dejaba atrás la pomposidad por
liricas afro céntricas e intelectuales. El estupendo debut “3 Feet High &
Rising” es un entretenido viaje por canciones cargadas de frases inventivas,
sentido del humor y samples que salen de fuentes tan dispares como Zeppelin y
Parliament.
Tomando
elementos del primer disco (los covers de blues, los riffs imponentes de Page)
y agregándole un poco más de ideas, pero sin estirar demasiado la formula,
aparece el segundo disco de Led Zeppelin grabado en un par de semanas mientras
estaban de gira. Entre el sexo de “Whole Lotta Love”, la danza metalera de
“Heartbreaker” y el bombardeo de “Moby Dick” hay suficiente para alimentar el
hambre, aunque no se pueden quedar atrás perlitas como “Ramble On” y el cover
de “Bring It on Home”. Ya se iban poniendo serios, muy serios.
46.
Joy Division – “Closer” (1980)
Ian Curtis
sabía a donde iba, quería que su banda llegara más lejos. También resulto
insostenible la cosa. Todo se terminó después de este. Entre oscuros pasillos y
notas góticas abriendo paso a nuevos horizontes. Me quedó con el frenesí de
“Heart & Soul” si tuviera que escoger mi predilecta del disco. Pero la
verdad es que de principio a fin “Closer” es imponente.
45.
Nirvana – “Nevermind” (1991)
Registrado
en la mente del colectivo consciente, “Nevermind” ha sido elevado a las alturas
del rock alternativo como una especie de piedra que Moises bajo del monte
Sinai. Sin embargo, hay que tomarlo por lo que es: Un excelente álbum donde
Kurt Cobain y sus secuaces dieron el salto a componer rolas más estructuradas
con alma comercial. “Come as You Are”, “Lithium”, “Breed”, siguen pegando igual
o más fuerte un cuarto de siglo después.
The
Real O’ Mind. Yo no sé qué tiene este disco. Una conexión especial conmigo eso
sí (casualmente nací el mismo día que salió con una década de diferencia). Iggy
y los hermanos Asheton prenden fuego, rola tras rola. “Down on The Street” es
el motor encendiendo, “Loose” es Iggy gritando como tarzan en la selva, “TV
Eye” se lleva todo al infierno. Garage y punk. Rock con bolas.
Y
si los Stooges dejaron una herencia fue el punk que vino media década después.
Cuatro desadaptados con chumpas de cuero negras tocando rolas de dos acordes y
menos de dos minutos. A penas y lograban formar una canción. Sus primeros
conciertos eran un evento solo por ver el caos que provocaban (entre
ellos). No eran virtuosos, no eran
guapos, no eran nadie. Y, sin embargo, inspiraron a millones. “Hey, Ho, Let’s
Go!”
La mecca del blues a inicios de los sesenta
era Chess Records en Chicago. Grabaron para esta casa Willie Dixon, Muddy
Waters, Sonny Boy Williamson, Little Walter y este gigante de la voz raposa,
Don Chester Arthur Burnett, mejor conocido como Howlin’ Wolf. Aquí se recoge
todo el abandono, lujuria y personalidad de sus mejores rolas. Único e
incomparable.
41.
Johnny Cash – “At Folsom Prison” (1968)
Grabado
frente a los presos de Folsom, el hombre de negro Mr. Johnny Cash y su banda
crearon un mito con este genial álbum. Las canciones conectan, toman
inspiración de la dura vida en el encierro. Las composiciones son muy buenas,
pero es la humanidad que Mr. Cash le inyecta a su concierto lo que lo hace no
solo una presentación muy particular sino una lección de vida para todos
nosotros.
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