Bob Dylan - Love And Theft

La vejez asusta a la mayoría de roqueros, para Bob Dylan, la vejez solo alimenta su creatividad. En los últimos diez años Dylan ha recuperado la vena creativa de los inicios de su carrera de forma extraordinaria y Love And Theft del 2001 sirve de punto de partida. Un disco en el que el oriundo de Minnesota regresa a sus raíces de adolescente relájero, un adolescente mas identificado con Carl Perkins que con Pete Seeger (les dejo de tarea que investiguen quienes son esos dos señores), y cuyos sonidos describen un Estados Unidos de granjas y cafés a la orilla de la carretera ya perdida en los libros de Jack Kerouac. Aquí esta el sonido del rockabilly cincuentero (la estupenda “Summer Days”), el country de Hank Williams (“Tweedle Dee & Tweedle Dum”) y hasta el blues sureño cargado de desenfreno y lujuria (“Lonesome Day Blues” y “Cry A While”). Justo cuando la mayoría de seguidores quisieran ver a Dylan auto reciclarse en su pasado (como hacen la mayoría de vejetes del rock), este tesoro musical nos deleita haciendo lo que le da la gana, editando discos llenos de personalidad, sarcasmo, sentido del humor y una sensación de que de nada sirve querer encajar en la absurdidez del mundo moderno, ni de rebelarse si no sabes quien eres y que valoras. (Francisco Valdés)