30. The Clash – “London Calling” (1980)
El
productor Guy Stevens forzó a The Clash a “estirar” sus capacidades creativas
con el afán de crear un disco que llevara a la legendaria banda por nuevos
territorios. El resultado fue un paso hacia la constelación estelar y un álbum
que cambio todo para el cuarteto londinense. “London Calling” abre con marcha
victoriosa de la canción que le da su título y se mueve por todos lados: Rock n roll cincuentero “Brand New Cadillac”,
reggae “Guns of Brixton”, Ska “Rudie Can’t Fail”, punk “Death or Glory”, y pop
rock “Train in Vain”.
29. Dead Kennedys – “Fresh Fruit For Rotting
Vegetables” (1980)
Directo
de San Francisco California el debut de una de las bandas más estupendas que
los años Reagan dejaron sobre el mundo. Comandados por el incomparable Jello
Biafra y sus liricas cargadas de sarcasmo, humor negro y crítica social. La
perfecta antítesis a la hipocresía del conservadurismo evangélico de la época
(¡y de ahora!). Un punk frenético con guitarras y melodías muy de la región
californiana. Rolas estupendas como “Holiday in Cambodia”, “California Uber
Allies” y “Let’s Lynch The Landlord” entre otras. Gran cosa esta banda.
28.
Genius/GZA – “Liquid Swords” (1995)
Con
el sello de Wu Tang pero dejando un legado casi de culto, el primer disco de
solista de GZA se pasó de bueno. Mucho del crédito se lo lleva la producción
inventiva de RZA y sus samples de diálogos con música tenebrosa sacada de
viejas películas de Kung Fu. El resto se le debe atribuir a las liricas que son
igualmente originales. Entrelazando una variedad de temas que van desde cuentos
de crimen, traición, filosofía e inclusive lo religioso. Para oírlo una y otra vez con el afán de descubrirle
cosas nuevas.
27.
Patti Smith – “Horses” (1975)
Poetiza
convertida en madrina del rock alternativo. Patti Smith redefine los esquemas y
entrega en su primer disco una obra cuyo aporte a la música es inmenso en
términos de profundidad lírica e ambición artística. “Horses” es imponente,
audaz, irreverente. Una declaración de independencia. Se siente como tal con
solo ver la portada (una foto de Patti tomada por su amigo el icónico fotógrafo
Robert Mappelthorpe). Aquí se rompen ídolos, dioses y cadenas con el pasado.
Pero más importante, se rompe con lo desechable del rock para traer música con
sustancia y mucho peso.
La
caravana musical que llevo a los Allman Brothers Band por casi cinco décadas de
giras y buena música tuvo su momento cumbre con esta perla de disco grabado en
vivo cuando toda la alienación original estaba presente. Una serie de
conciertos que fueron documentados en esta grabación donde se aprecia la
química explosiva del set en vivo. Cargados de blues: “Trouble No More”,
“Statesboro Blues”, “Stormy Monday”; y de los monumentales jams: “Whipping
Post”, “You Don’t Love Me”. Un
fantástico disco en vivo.
Directo al corazón de una década de
cambios culturales y sociales, el impresionante quinto disco de Bob Dylan fue
tan innovador como controversial. Reinventando su mensaje y sonido agregando
tintes surreales al mismo tiempo que los puritanos del folk sentían que su niño
prodigio les daba la espalda. Hay canciones que simplemente no tienen
competencia: “Gates of Eden”, “Subterranean Homesick Blues”, y que decir de
“It’s All Right Ma (I’m Only Bleeding)”. Pero la verdad es que todo el álbum es
espectacular, uno de los momentos cumbre de Mr. Dylan.
24. Nine Inch Nails – “The Downward Sprial” (1994)
Caos,
brutalidad y un ambiente desolado muy único que permea la tercera placa de Nine
Inch Nails, este no es un disco para oírlo cuando los ánimos están bajos. O tal
vez si, para permitir ver las heridas más de cerca. Trent Reznor desata la
furia de sus guitarras industriales, sus ritmos pulsantes y toda la violencia
para dejar el canvas pintado de colores crudos. Vivos.
Para
muchos, “Born to Run” es el disco de Springsteen que más los mueve, con sus
historias de soñadores y personajes comunes que triunfan frente a la
adversidad. Pero para mí, el disco sucesor “Darkness on The Edge of Town” lo
supera. Aquí no triunfan siempre los buenos, hay sueños que no se desarrollan,
el amor no salva. Pero te hace seguir adelante. Tiene un sentimiento mas
oscurón, de que las cosas podrán salir mal muchas más veces. Pero no olvida que
siempre hay una luz al final del túnel. Un álbum personal. Intimo. Clásico.
Los Mats. Una
banda muy especial cuya discografía guarda recuerdos en mí de años y aventuras
que no puedo olvidar. De todas sus grabaciones tengo que escoger “Tim” como la
más significativa. Conjuga los dos mundos que hacen de estos loquillos de
Minneapolis algo especial: el espíritu desaliñado, adolescente, caótico de sus
inicios con la esencia romántica, sensible de lo que vino después. “Bastards of Young” es puro protogrunge, “Left
of The Dial” es nostalgia por las bandas de radio local, “Little Mascara” es
amor adolescente con los jeans rotos y el pelo despeinado. We are the
sons of no one!
21. Led Zeppelin – “Physical Graffiti” (1975)
El disco
doble que es “Physical Graffti” con sus tantos estilos y aventuras musicales.
La banda experimenta con un poco de todo y resulta entregando un album
sorpresivamente balanceado que en sus mejores momentos produce mamuts del
tamaño de “In My Time of Dying”, “Wanton Song”, y por supuesto “Kashmir”. Se
percibe el crecimiento del cuarteto, la capacidad de entenderse,
complementarse. Me tomo muchos años apreciarlo por no ser el disco que primero
salta a la vista dentro de la discografía de LZ. Pero que, con el tiempo, se
destapa obligándote a descubrir en sus finos detalles la gran profundidad que
esconde.