31.12.19

Top 25 (¿27?) discos de la década (3/5)



Llegamos arrastrando el esqueleto al final de la década. Diez años de cambios brutales, murió la idea del fin de la historia, explotó el odio religioso en el planeta, grandes tensiones políticas, inicia la decadencia ecológica del mundo humano, etc.  Por suerte, la gente se rebela, los pueblos se levantan… y tenemos música para soportarlo, inspirarnos y seguir adelante. Porque el arte y el amor salvan, y el amor al arte salva la música, ya sea underground o mainstream.
Esta lista de 25 albumes de la década no tiene mayor pretensión (insertar meme de Bart caceroleando en la casa Simpson gritando “¡mírenme, mírenme!”). No les estoy tratando de decir que estos son los mejores de los mejores por x, y o z criterio objetivo. El listado es una selección muy personal de música que me ha cautivado a lo largo de los años, es música a la que he regresado insistentemente, por el (extraño) placer que me produce, por parecerme tan peculiar e inusual como misteriosa (en algunos casos), porque el sentido de cada disco terminó por enraizarse profundamente en mi ser. Porque todos estos albumes me animan el espíritu y creo que, con una escucha atenta, le animarían el espíritu a cualquiera.
17. Nicolas Jaar - Sirens (2016)
El mensaje subyaciente de este album es una crítica social, enraizada en el sentimiento de inercia o la imposibilidad colectiva en la que nos encontramos en tiempos presentes.  Es significativo que sea una persona, mitad chilena, mitad gringa, el originario. El mensaje es el siguiente: hemos perdido el sentido de la historia y la sociedad que nos rodea es una jaula de hierro, bonita, dura y fría.  En el momento en que Jaar decidió politizar su universo sonoro, su música, que de por sí era una electrónica minimalista e introspectiva interesante, accedió a un estado distinto pero rico en sentido y en posibilidades. Sigue siendo música contemplativa y espaciada, pero Jaar le agrega otras dinámicas al conjunto. La canción Governor, por ejemplo, suena al inicio como algo que podría haber hecho UNKLE, por las tonalidades que emplea y la simplicidad rock de la instrumentación, transformándose paulatinamente en un opus catártico que termina por perderse en el camino. La canción No, por su parte, es una cumbia glitch, lenta e introspectiva, en la que se repite la idea de los cambios que no son cambios, la serpiente que se muerde la cola. Las Sirenas que nos cautivan a la vez que nos deslumbran. Nicolas Jaar está en todo.

16. Metz - Metz (2012)
En la década de 2010, hubo un resurgimiento nostálgico de los sonidos alternativos noventeros. Shoegaze, Pop Punk, Emo, Grunge, etc, todos pasaron por las manos de músicos que buscaban reactualizar esa época, con o sin el interés genuino por decir algo nuevo, usando las claves melódicas y estructuras de ese entonces. Metz entra en el grupo de bandas que buscaron decir algo nuevo, a la vez que le rinden tributo al "poder crudo" de esa época. ¿Y qué banda fue más "cruda" y agresiva que Nirvana, en la época que sacaron su primer disco, Bleach?  Metz suenan en su primer disco como una banda que se formó con una copia del Bleach sonando perpetuamente en el fondo de su inconsciente colectivo.  La genialidad de su música, sin embargo, es la amalgama de estilos y los puentes que logran establecer entre subgéneros que nacieron en ese entonces. Metz no solo es una reactualización de Nirvana, junto a bandas como The Men o Destruction Unit, buscan reactualizar el noise rock noventero a través de canciones rock directas, repetitivas y ruidosas, a veces psicodélicas.  Rock efectivo, adictivo y potente.
15. Yob - Clearing the Path to Ascend (2014)
El título suena como el leitmotif de toda la orquestación presente en las composiciones de Yob en este album. En efecto, el sentimiento que le puso el power trio de Oregon a este conjunto de canciones es de absoluta trascendencia. Por algo es descrito el sonido de Yob en el interné como "Doom épico". Es poco decir. Las composiciones de Yob son lentas y masivas, sin ser monotonas. Los riffs están en constante transformación, y la voz de Mike Scheidt es suficientemente amplia y polifacética que constituye un complemento indispensable al conjunto. Clearing The Path To Ascend es un album excelente porque cada canción (cuatro en total) aporta de manera única al conjunto. La primera canción es una pieza doom lenta e hipnótica. En la segunda, llamada Nothing to Win, canalizan a su Neurosis interno, creando en auténtico maelstrom sonoro. En Unmask the Spectre, empieza oficialmente la ascensión, una canción con una guitarra siniestra que desemboca en uno de los momentos más épicos del album, y termina por recaer en un riff doom pesadísimo. La última canción, Marrow, termina igualmente de puntualizar el album como en la última canción, gracias a una melodía pegajosa, la voz claro oscura de Scheidt y la grandilocuencia de un doom que es tan pesado como esperanzador.
14.  Deftones -Diamond Eyes (2010)
Me costó recobrar el gusto por los Deftones en la época cuando sacaron este disco. Fueron una banda que idolatré en mi mera adolescencia, los vi varias veces en vivo, y siempre tuve ese especie de crush que le tiene uno a bandas que amó en algún momento de la vida. Pero cuando salió Saturday Night Wrist en 2006 sentí que habían topado en su creatividad.  Cuatro años después, la banda regresa con su quinto album; un disco influenciado en gran medida por una tragedia personal que afectará al grupo de hermanos carnales: un accidente de carro en 2008 que deja al bajista Chi Cheng en un coma. La tragedia es el catalizador que revitalisa al grupo. Con Diamond Eyes la banda mantiene ese trademark de sonido pesado y metaloso, con tintes shoegaze y con un tono de guitarra tipo Meshuggah. Tampoco es particularmente experimental el disco. Es otra cosa… es un discos que potencia el sonido pesado y melódico que patentaron, pero con una alegría y creatividad renovada, en gran medida por la resilencia del grupo de amigos que perdieron a un miembro.
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13-12-11. Swans -The Seer / To Be Kind / The Glowing Man (2012 - 2016) 
Lejos del mainstream y la estética pop, se encuentra un universo musical con artistas que, al hacer música, canalizan un linaje artístico que parece responder a otra cosa. Esa otra cosa, es una otredad extraña, que le debe más a la lenta progresión de la cultura, arraigada en la historia precisa de un espacio/territorio, compuesta por ritos y ceremonias. Swans, como algunos de sus contemporáneos (Current 93, Coil), son los herederos de esta tradición. Su imaginario trasciende y se oponen frontalmente a los formatos de la industria musical. Por eso es que el renacimiento de Swans en esta década ha sido tan refrescante para la música alternativa. Es regresar a ese secreto oscuro y atemporal, que el mensaje vehiculado en canciones aparentemente pop puede ser un portal al pasado y a estructuras profundas de la experiencia humana. The Seer, junto a To Be Kind y The Glowing Man componen una trilogía intensa de composiciones hechas por, la nueva iteración de Swans, dirigida por Michael Gira. Con los años de perspectiva, parece claro que los tres albumes hacen parte de un mismo impulso creativo, basado en la creación de ambientes de trance, aullidos del inconsciente, explosiones catárticas y momentos introspectivos. Asimismo, la progresión de The Seer, pasando por To Be Kind y llegando a The Glowing Man también tiene un "meta" sentido. The Seer es la obra más oscura, es la explosión inicial y las declaraciones sobrenaturales o la formación inicial de la consciencia. En To Be Kind, la bestia camina y piensa, y comienza a sentir y a gritar las necesidades del ello. La bestia es el conjunto de la experiencia humana, es belleza y crueldad reunidas. En The Glowing Man, las meditaciones del conjunto parecen volar, gracias a retoques etéreos y espaciales. Las ideas del album siguen siendo similares: las voces se elevan cantando psalmos paganos, lamentando las contradicciones humanas, la belleza y el horror cotidiano.  Escuchar a Swans no es fácil, pero la gratificación final, para las personas que le encuentran placer a las obras artísticas paradójicas, es grande.
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23.12.19

Top 25 (¿27?) discos de la década (2/5)

Llegamos arrastrando el esqueleto al final de la década. Diez años de cambios brutales, murió la idea del fin de la historia, explotó el odio religioso en el planeta, grandes tensiones políticas, inicia la decadencia ecológica del mundo humano, etc.  Por suerte, la gente se rebela, los pueblos se levantan… y tenemos música para soportarlo, inspirarnos y seguir adelante. Porque el arte y el amor salvan, y el amor al arte salva la música, ya sea underground mainstream
 El listado es una selección muy personal de música que me ha cautivado a lo largo de los años, es música a la que he regresado insistentemente, por el (extraño) placer que me produce, por parecerme tan peculiar e inusual como misteriosa (en algunos casos), porque el sentido de cada disco terminó por enraizarse profundamente en mi ser. Porque todos estos albumes me animan el espíritu y creo que, con una escucha atenta, le animarían el espíritu a cualquiera. 
La lista está compuesta por una amalgama diversa de artistas, estilos y razones de ser. No son discos de un mismo género musical, a veces agrego bandas que han producido constantemente a lo largo de la década, a veces me refiero a discos que cerraron con broche de oro la década de los 2000, a veces se trata de discos aislados, de estallidos efímeros de genialidad o de bandas desconocidas que se esfumaron tan rápido como alcanzaron un poco de notoriedad. Otras tal vez estan reservando su mejor trabajo para el futuro. Otros discos son aportes de veteranos de la música pop, que lograron reinventarse y responder a la intensidad de los tiempos. Sea lo que sea, son discos que deberían escuchar. 

22. Shabazz Palaces - Lese Majesty (2014)
El gran mérito del duo Shabazz Palaces (Ishmael Butler, ex Digable Planets, y Tendai Maraire) es haber creado un universo futurista para el hip hop. Al igual que Death Grips o Cannibal Ox, pero, desde una óptica radicalmente  distinta (ya que el futuro que pintan ambos grupos es decididamente distópico), estos generan un especie de base sonora futurista, que le debe tanto al flow del rap que al dub o a la psicodelia. Las líricas de Palaceer Lazaro (el alter ego de Butler) son un complemento rico para este asidero sonoro. La crítica a la sociedad del consumo es omnipresente, así como la crítica al camino que ha tomado el hip hop en su ascenso en la industria musical. Pero Butler codifica esto en un especie de historia que mezcla el juego moderno de las apariencias con motivos esotéricos, del pasado y de un futuro imaginado. El contenido, la fantasía y los ritmos de Maraire, potencian la excentricidad del conjunto. En el universo de Shabazz Palaces, el orden psicodélico y el lujo ostentoso son la misma cosa. 


21. The Body & Full Of Hell - Someday You Will Ache Like I Ache (2016)


La colaboración de dos de las bandas de metal extremo más brutales y experimentales hoy en día. Tanto The Body como Full of Hell parecen emanar de una pesadilla foucaultiana. El poder ejerciendo sobre el cuerpo, torturándolo. En este album mezclan hábilmente los rasgos distintivos de cada banda. Desde los blast beats ultra rápidos de Full of Hell hasta el doom minimalista de The Body. Sin embargo, el resultado es más que la suma de las partes. Lo que consiguen sus autores es un collage de experimentaciones lentas, tribales, y explosiones grind que se funden en un caos noise.  A notar también, que siempre que la oigo me suena increíble la voz de Chip King, cantante de The Body. Es la voz de un auténtico histérico, que encapsula la locura moderna. La discografía de ambas bandas es recomendada, más allá de este álbum, ya que han sido dos bandas insignias del metal extremo en esta década, y sin duda de las más innovadoras. 




20. Hiatus Kaiyoté - Choose Your Weapon (2015)


Este album me lo presentó Quest Love. Estabamos en un café, charlando sobre cosas de amiguis, entre tanto me comentó que estaba enamorado de esta nueva banda que estaba haciendo un especie de neo soul fantástico y grandilocuente. En efecto, la música de Hiatus Kaiyoté es fantástica, surrealista. HK se encuentra más en el registro de la música negra estadounidense que está redescubriendo y reinterpretando el soul, RnB o Jazz del pasado. Y todo, sin ser negros... ni estadounidenses! (¡es apropiación cultural! ¡ qué escándalo!) En cualquier caso, cada canción en este album es un deleite. Llenas de groove, contrapuntos funk que me recuerdan a algunos artistas de Stones Throw (Shafiq Husain, Dudley Perkins, Georgia Anne Muldrow), sin hablar de la dulce voz de Erykah Badu o las indagaciones soul de Kendrick Lamar. Su música también destila progresismo a la Flying Lotus. Las líricas de Nai Palm son preciosas, perdidas en universos de colores y paisajes oníricos. Gracias Quest Love por la recomendación.  


19. Orval Carlos Sibelius - Superforma (2013) 


Orval Carlos Sibelius (Alex Monneau and co), brasileño parisino, puso todas sus fuerzas Kosmische en este álbum. Un album totalmente retro, que suena a psicodelia de la mera época, con un conjunto de instrumentación, melodías y progresiones que deletaría a los Beatles, y con un sentido estructural pop que recuerda a la sensibilidad de Radiohead. Superforma es un viaje sonoro con varias capas, y es un placer descubrir la profundidad del viaje. Desintegracao es una  perla pop psicodélica, mientras que Spinning Round toma caminos alternos, pasando por experimentaciones hindú y teclados alucinantes. Es la densidad de las composiciones lo que hace de este disco una obra super agradable. Por si fuera poco, el sonido de Orval Carlos Sibelius es claramente un sonido de la tradición pop o indie francesa que le rinde tributo a los sonidos del pasado galo, esa exquisitez en la composición y el inevitable "cool"-ismo de bandas como Stereolab o Air. Esta banda entra directamente en esa excelente tradición. 

18. Das Racist - Sit Down, Man (2010)


Das Racist, compuesto por Himanshu Suri alias Heems, Victor Vasquez  alias Kool A.D y Ashok Kondabolu alias Dap, fue una banda de rap formada en Brooklyn Nueva York. El Segundo mixtape del trío suena estilísticamente como un album hip hop de la rama de De La Soul o Beastie Boys actualizado para la década venidera. Es un hip hop que no se toma demasiado en serio, todo lo contrario, They called us joke rap, we kind of weed rap dice Heems... pero es en esa libertad y autoparodia que se vuelven brillantes. También, en su sentido sarcástico de lo que se entiende por fama, éxito, inteligencia, etc, en las sociedades occidentales. Solo hay que ponerle un poco de coco a sus líricas y a la estructura de sus rimas. En su mayoría se trata de un juego de asociación libre basado en la búsqueda de rimas bien hechas, basadas en un amplio espectro cultural. De alguna manera logran rapear en un mismo flow sobre fumar mota, el escritor Aimé Cesaire, la marca de vestir Nautica (entre muchas otras marcas que mencionan) o George Costanza de Seinfeld.  Con esto,  logran establecer un estilo propio basado en aparentar que no saben lo que están haciendo, demostrando al mismo tiempo todo lo contrario. Entre tanta broma y tanta referencia “pop” desembocan en sonidos y líricas surreales, con cierta consciencia social (también ayudan las producciones con sintetizadores futuristas y reverbeadas, con colaboraciones con Teenage Fantasy, Diplo, El-P, The Very Best...).


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12.12.19

top 25 (¿27?) discos de la década (1/5)


Llegamos arrastrando el esqueleto al final de la década, apaleados por diez años de sucesos y procesos brutales como la explosión del odio religioso en el planeta, grandes tensiones políticas, la decadencia ecológica, etc.  Por suerte, la gente se rebela, los pueblos se levantan y... tenemos música para soportarlo todo, inspirarnos y seguir adelante. Porque el arte y el amor salvan, y el amor al arte salva la música, ya sea underground o mainstream.
       Esta lista de 25 albumes de la década no tiene mayor pretensión (insertar meme de Bart caceroleando en la casa Simpson gritando “¡mírenme, mírenme!”). No les estoy tratando de decir que estos son los mejores de los mejores por x, y o z criterio objetivo. El listado es una selección muy personal de música que me ha cautivado a lo largo de los años, es música a la que he regresado insistentemente, por el (extraño) placer que me produce, por parecerme tan peculiar e inusual como misteriosa (en algunos casos), porque el sentido de cada disco terminó por enraizarse profundamente en mis playlists cotidianas. Porque todos estos albumes me animan el espíritu y creo que, con una escucha atenta, le animarían el espíritu a cualquiera.
La lista está compuesta por un compuesto diverso de artistas, estilos y humores. No son discos de un mismo género musical, a veces agrego bandas que han producido constantemente a lo largo de la década, a veces me refiero a discos que cerraron con broche de oro la década de los 2000, a veces se trata de discos aislados, de estallidos efímeros de genialidad o de bandas desconocidas que se esfumaron tan rápido como alcanzaron un poco de notoriedad. Otras tal vez estan reservando su mejor trabajo para el futuro. Otros discos son aportes de veteranos de la música pop, que lograron reinventarse y responder a la intensidad de los tiempos. Sea lo que sea, son discos que deberían escuchar.
27. Kurt Vile – Smoke Ring For My Halo (2011)
El señor Vile, slacker profesional, le hace honor, en sus composiciones y su estilo, tanto al estilo narrativo de Bob Dylan como a la elegancia de Stephen Malkmus. Kurt, el que se sienta a ponderar la existencia con taza de café en mano, una guitarra acústica al alcance y cielos plateados a distancia. Sus composiciones alternan entre bellos lamentos sobre el tiempo perdido, la simplicidad del amor, observaciones sobre males y bienes sociales… Su tono vocal y la producción de este disco, ligeramente mojados en reverb y delay, terminan por darle un aura mística, reconfortante y melancólica a las melodías y líricas del cantautor. Smoke Ring For My Halo triunfa al ser un disco discreto, simple, pero con melodías, frases y paisajes que se le meten en la piel a uno, grabados en el inconsciente.



26. Sleaford Mods – Key Markets (2015)
Sleaford Mods, Sleaford Mods, Sleaford Sleaford Sleaford Mods, Sleaford Mods Sleaford Mods, Sleaford Sleaford Sleaford Mods… suena un bajo distorsionado y apagado por encima de un loop de batería rápido y nervioso. El duo no pierde tiempo en preliminares y lanzan desde los primeros segundos de la primera rola de Key Markets, su segundo album, el sonido y estilo de esta banda atípica. “Algunos se creen la mentira de trabajar hasta morir”, nos dice Williamson, en una línea bastante clara y resonante de su berborréa sarcástica. “¿Estas atrapado? Yo también, la alienación a nadie le molesta.” Esta banda es un especie de post Gang of Four, en todo su sentido. En el retrovisor quedó la lucha de clases y las esperanzas revolucionarias, pero permanece la inconformidad post-punk ante el mundo del consumo, con protestas que oscilan entre rap y spoken word, sobre una base minimalista (bajo y batería programada, con algunos pincelazos melódicos de vez en cuando) y bailable. Permanece también un sentido ácido de que algo está mal en el modelo social dominante. No puede ser la injusticia social, porque, para poder ver esto, habría que quitarse el velo del consumismo, del comportamiento convencional, vacío y autoerótico. Y eso nadie quiere hacerlo. Si vas a bailar, saca a tu sarcasmo de compañero de pista.

25. Turnstile  – Time & Space (2018)
Breakdowns infinitos esperando el fin del mundo. Escuchar Turnstile es recobrar el sentido de la vitalidad adolescente, vibrante y agresiva. La estética musical del quinteto de Baltimore sirvió en su momento a oxigenar una escena hardcore gringa que tuvo un especie de renacimiento en esta década, reactaulizando el hardcore puritano, pero también, incorporando elementos de otros estilos, desde el crossover hasta el neo metal. Justamente, Turnstile (junto a Angel Du$t) lograron reintroducir en el mundo de los circle pits y breakdowns la hibridación crossover que a inicios de los noventa patentaron bandas diversas como Faith No More, Anthrax y Leeway. De hecho, Turnstile suena mucho a Leeway, pero la exuberancia de su juventud, la calidad de las composiciones y la sensibilidad pop que proponen los convierten en algo que va más allá del nicho under del que salieron. Time & Spacedisco publicado por una disquera que brilló durante la época del neo metal (Roadrunner Records), es un testimonio de la re-emergencia del hardcore en la música alternativa, pero es también un disco que se destaca por su originalidad entre las múltiples bandas que han saturado el subgénero.


24. Alchemist – Israeli Salad (2015)
Viajar es vivir dicen. Y los que no viajan, tienen la oportunidad de hacerlo a través de sus artistas favoritos. Inspirarse de viajes, hacer un poco de crate digging y regresar con sonidos locales para producir nuevos y mejores beats. El compositor de bangers electrónicos dubstep Mala tiende a hacer este tipo de cosas, al igual que el experimentalista Ben Frost, desde otro registro… sin hablar de los viajes espirituales de los Beatles a la India. En el mundo del hip hop Madlib es el rey de las mezclas regionales, con base a sus adquisiciones “turísticas”. Alchemist es más conocido por las producciones bombásticas del hip hop old school de finales de los noventa inicios de los dos mil, o por sus colaboraciones recientes con el rapero Action Bronson. Pero en este caso, el excelente productor decidió echarse "un su viaje" por los bordes del Mar Muerto. Por alguna razón no se tomó muy en cuenta esta producción en las listas de los mejores discos de 2015… tal vez porque es un disco de “beats”, casi más apto para ser utilizado en batallas de rap o concursos de b-boys, pero no dudaría en recomendarlo a cualquiera que ha escuchado las producciones de Madlib o J Dilla. El resultado es una mezcla excelente y cautivante, nunca aburrida, entre sonidos medio orientales y beats hip hop excitantes. Un disco que pega igual de fuerte a la primera que a la veinteaga vez que se escucha.  

23. Queens of the Stone Age - … Like Clockwork (2013)
QOTSA llegó a niveles mainstream desde hace ratos, gracias un estilo propio a la vez lo suficientemente pegajoso y sucio para agradar a fans de stoner rock, como accesible y directo para fans del sonido rock, menos especializados. Songs for the Deaf, el tercer album de la banda del desierto californiano, cayó en el top 5 de los mejores albumes de la década pasada de su humilde servidor y de muchas otras personas.  Con Like Clockwork, QOTSA arremetió de nuevo. Los álbumes que sacaron desde Songs no decepcionaron, pero no habían llegado a su nivel. Con este disco logran de nuevo producir un clásico del rock, innovando a la vez ya que Like Clockwork es brillante precisamente porque es distinto de todos los demás discos que había sacado la banda hasta ese entonces. En este caso, QOTSA sin tapujos convierten su sonido en un especie de hard rock glorioso, grandilocuente, pesado, delicado, melancólico, en algunas ocasiones. Este disco tiene todo para complacer a cualquier fan del rock setentero con aspiraciones trascendentes tipo Led Zeppelin, sin ser un especie de tributo retro, al estilo de ese entonces, ni ser un disco de neo-garage. En este disco QOTSA hace auténtico arena rock, y el resultado es fabuloso. Incluye baladas.