8.1.20

Top 25 discos de la década (4/5)


¡Llegamos al top 10! Enseguida verán la selección de 10 a 5, antes de concluir el listado con la crème de la crème, los mejores 5 discos.  
10.  BADBADNOTGOOD – III (2014)
BADBADNOTGOOD son una banda que pareciera que se dedica a hacer canciones jazz en honor al arte del cratedigging en el hip hop. Es un combo de músicos que parecen directos salidos de la Julliard, estudiando a los grandes del jazz en clase de día, dejandose llevar el jazz modal de Miles Davis o las reinterpretaciones jazz-RnB de Madlib, atrincherados en sus cuartos, de noche. El resultado de sus composiciones cautiva al ser estructuralmente jazz o RnB (clásico), a la vez que suenan completamente actuales, para nada retro. Esa particularidad de su música ha conducido al cuarteto a colaborar con artistas tan variados como Ghostface Killah, Vince Staples, Colin Stetson, Kaytranada, aun si son primordialmente una banda de jazz. La música de esta banda es inmediata, suave sin ser easy listening, dinámica y progresiva, con una calidad de composición fascinante. Sin olvidar el barrio hip hop que sueltan de vez en cuando, arrasando todo en su paso. En su primer album, III, el cuarteto demuestra hábilmente esa fusión de estilos, pasando hábilmente de canciones post bop a jazz hip hop, a momentos más tranquilos que recuedan el shades of blue de Miles Davis. Son en mi opinión la banda más emocionante de la actualidad.
       9. Algiers - The Underside of Power (2017)
       A la Iglesia de Franklin James Fisher and co sí iría. Sería una experiencia trascendente de otro tipo. Enfrente del altar, el pastor Pantera Negra lanzaría su sermón revolucionario, flanqueado por coros gospel a su izquierda, un sintetizador y guitarras eléctricas a la derecha. Es que la música de la banda de Atlanta es una mezcla inédita de rock, noise, industrial, gospel y soul. Al principio puede parecer extraña, porque lo es, si nos aferramos al  los estándares del rock. Conforme se disipa el sentimiento de sorpresa, lo que queda es un sonido intenso, denso, dinámico. El segundo álbum de esta banda atípica es una explosión sonora que ataca tus sentidos de varias maneras. Una producción distorsionada en la que resaltan las baterías programadas frenéticas, los teclados ochenteros y la voz de crooner mesiánica de Fisher. Lo que amarra el conjunto es una columna vertebral dance punk junto a las líricas políticas radicales del cantante. En el mundo de Algiers, la urgencia de una auténtica revolución es la prioridad, y, con el mundo en llamas, ¿quién soy yo para refutarlo?   

8. Run The Jewels – Run The Jewels (2013)
EL matrimonio Norte y Sur del hip hop. “El-P” (El-producto) con Killer Mike, Brooklyn copulando con Atlanta con Amerikkka’s most wanted sonando de fondo. El coolismo frío y duro de NY con el sudor groovy del sur negro estadounidense. El resultado es un hip hop energético, con líricas muchas veces políticas, astutas, fanfarrónas, siempre demoledoras. Run The Jewels son el Rage Against The Machine de 2010, por la energía bombástica y consciente que desplegan. No es casualidad que hayan enlistado a Zack de la Rocha para una rola en su segundo album. Pero el primer album que sacaron es el mejor. Es el que quema más lento y pega más fuerte, a la larga. La producción tiene el sello clásico de EL-P: música urgente, energética y potente, con sirenas y destellos futuristas. El intercambio de versos entre él y Killer Mike es excelente, con una química innegable. El disco consta de suficientes momentos distintos, en los que los MCs nos demuestran su gran habilidad para rapear, mientras que El-P nos deleita con unas de sus mejores producciones (la homónima Run The Jewels, Job Well Done, Get It). Un disco indispensable de hip hop contemporáneo.

     7. Jessy Lanza - Oh No (2016)
En un mundo paralelo, más mágico y romántico que este, Jessy Lanza es la estrella pop que llena estadios. De cierta manera, Lanza es la heredera underground de la mística ochentera instituída por Prince o Madonna. Solo que en este underground, el pop  que reina está despojado de producciones chiclosas y pretenciones universalistas. Reina, en realidad, un minimalismo chic y demandas románticas personales. Así es como el universo sonoro de Lanza es un puente entre la genialidad de las megaestrellas ochenteras y el sonido contemporáneo de productores de electrónica vaporosos como Junior Boys, Caribou o Andy Stott. Aunque su sonido no es únicamente una síntesis de estilos. Su sonido, propio y personal, es tributario de una tradición de pop experimental minimalista e influenciado por una amplia gama de sonidos y ritmos. En este disco, Lanza parece influenciada por sonidos modernos desde el footwork, a formas de electro africano (a veces sonando para nuestros oídos como un especie de reggaeton esquelético), sin olvidar el eterno retorno a la vibrante melancolía del house. Un disco que vale toda la pena y que se revela conforme se repiten las escuchas, pese a su inmediatez pop.
     6. Death Grips -The Money Store /No Love Deep Web (2012) 

Y si, estoy haciendo trampa... ya que hablé de 27 discos de la década y no 28, pero bueno. Dudo que esto cause revuelo en las redes, o que salgan netcenteros a atacar mi integridad escribiendome "groserías".  Una razón para tomar en cuenta ambos albumes en un mismo sentón es que, al final, ambos discos hacen parte de un mismo mini período para Death Grips. Una banda que causó tanto impacto cuando sacó su primer mixtape, que fue cortejada y luego firmada por la disquera Epic. The Money Store, publicado en abril 2012, fue el primer disco oficial de la banda y el primero para Epic. No Love Deep Web, por su parte, fue filtrado en línea a propósito por la banda en octubre del mismo año, y condujo al fin de la relación con la disquera. De cierto modo, son los albumes más accesibles de Death Grips, una banda que ha construido su reputación con abstracciones lacerantes de noise y beats agresivos, la batería maniática de Zach Hill (antiguo lider de la banda Hella) y el nihilismo paranoico, ahogado, de MC Ride. Aunque a veces pareciera que la banda es un especie de gusto adquirido, por lo poco accesible que pueden sonar a veces, los dos discos son lo suficientemente directos y percutantes para poder ser apreciados por fans de metal, de noise, de música extrema o de hip hop experimental en general. En ambos discos se repite la tónica de Death Grips más atractiva, para mi gusto: una producción raquítica, canciones bombásticas manejadas por beats infecciosos, explosiones rítmicas, líricas obtusas, de las que desborda la imaginación de un lunático. Cuando emergió Death Grips, se hablaba de un especie de sonido futurista distópico único para su época y que tal vez sería mejor comprendido más adelante. 8 años después, nada suena como Death Grips, pese a los intentos de algunos, no hay otras bandas como ellos, lo único que si refleja esa visión futurista esla locura de un mundo cada vez más insensato y oscuro.
 

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